Nunca se me ha dado nada bien expresar mis pensamientos por escrito, soy más de hablar, pero voy a intentar narrar mi primera experiencia en la carrera por equipos celebrada en Medina del Campo.
Llevo dos años en el equipo y, aparte del reto de superación que supone cada entrenamiento y cada competición en la que participo, quiero destacar por encima de todo dos momentos especiales. Uno de ellos fue en Boiro en la liga de Clubes de duatlón y otro es el que voy a contar.
Me ví en la obligación de decir que sí, de lo contrario no se hubiera formado equipo, las circunstancias personales de nuestro equipo femenino había dado lugar a que solo hubiera 3 chicas con posibilidad de competir ese día. Doy gracias a esta circunstancia y a la insistencia del “Presi” porque de lo contrario seguiría pensando que no podría estar a la altura de competir en equipo. Desde el momento en que me comprometí hasta el día de la prueba tenía sentimientos encontrados, por una parte sabía que podía aportar algo al equipo y por otra parte pensaba que podía perjudicarlo.
Llegó el momento (para mí importante) el día antes no había entrenado para no estar demasiado cansada, (cosas mías), me levanté y me organicé para poder estar puntual a la cita. Un poco pronto comer a las 12.00, (mira que si me quedo sin fuerzas), por si acaso llevaré fruta y barritas de cereales.
Estábamos todos ya en el punto de reunión con las bicis cargadas y una perfecta organización de coches (excelente trabajo de organización). El viaje hasta Medina perfecto, coincidas con quien coincidas en el coche resulta siempre muy agradable.
Llegamos con tiempo de tomar un cafetito. Aunque la cafeína altere los nervios puedo asegurar que a mí, en esos momentos, me tranquilizó, no solo el café sino el momento de relax en la terraza y las últimas instrucciones del Vicepresi (Chiki y yo nos asustamos un poquito con las palabras que mencionó “selección natural” ) Pero enseguida se nos fue del pensamiento, en nuestro caso teníamos que llegar las cuatro como fuera. Nuestro objetivo era finalizar las cuatro y juntas.
Descargar las bicis, prepararnos para la competición ( un plátano, una barrita de cereales, crema, dorsales, casco, la licencia…….) y, por supuesto, el último pis de los nervios. De los tres equipos que participábamos el primero en salir fue el equipo A de chicos, luego nosotras y por último el otro equipo de chicos.
Es una pasada ver las ganas, los nervios, la ilusión por competir y sobre todo por competir en equipo.
Unas breves indicaciones por parte de uno de los jueces y…….salimos yaaaa……Mi preocupación se disparó con la indicación del juez “ el componente del equipo que se separe más de 30 segundos se elimina” , me dió un vuelco al corazón. Yo ¡con lo lenta que corro! y ¿si tiran demasiado y me quedo descolgada?, se iría todo al carajo porque tenemos que llegar las 4. ¡Que pensamientos se pueden pasar rápidamente por la cabeza en ese momentos!, pero nooooo ¡¡¡¡¡SOMOS UN EQUIPO!!!!
Comenzamos a correr, las cuatro juntas ¡!!!QUE PASADA!!!!!. Solo puedo estar agradecida a mis compis Pepi, Vicky y Chiqui, ¡como controlaban la velocidad! ¡como animaban!, recuerdo a Chiqui, “vamos muy bien a 4:40” (yo creía que me lo decía para animarme, pero ERA VERDAD) ¿Cómo puedo haber corrido a esa velocidad si yo sola no bajo de 5 minutos?, LA FUERZA DEL EQUIPO!!!!!!
El tiempo de la primera carrera voló, y entramos en la primera transición. Ufffff no podía abrocharme bien el casco ( lo que hacen los nervios) un poquito de paciencia y…….. salimos todas juntas con la bici.
Antes de empezar habíamos oído que hacía bastante viento pero, en la práctica, fue peor. Lo bueno del caso era que la mitad de los kilómetros se hacía con el viento en contra y la otra mitad a favor.
Los diez primeros kilómetros, con el viento en contra, se me hicieron eternos pero ahí estábamos dándolo todo, sabíamos que podíamos recuperar tiempo en la bici. Era mi momento, es mi medio, donde me encuentro más cómoda, tenía que darlo todo……….. disfruté muchísimo.
Fuimos intentando hacer relevos, al principio nos costó (yo nunca había hecho relevos en equipos) pero a la vuelta con el viento a favor nos salió mejor. Como dijo Pepi, si nos ponen 40 Kms más nos hubiera salido perfecto, jaja.
Y ahí estábamos, ya solo quedaba el último tramo de carrera. En este caso la segunda transición nos salió perfecta. Rapidez, emoción y los ánimos de los chicos que habían finalizado hizo que saliéramos flechadas ¡a por la última vuelta de carrera! ¡¡¡¡ lo peor para mí¡¡¡¡¡ . Aunque salimos volando, enseguida empezó mi cabeza a querer interrumpir mi buen ritmo de carrera, pero entonces Pepi acompañada de Vicky tomaron la cabeza de carrera tirando y tirando y Chiqui pegada a mí en todo momento controlando el ritmo. ¡¡¡¡¡¡Momento super emocionante¡¡¡¡¡¡ y de repente, cual colibrí, apareció Xavi con sus ánimos y su peculiar “GRANDES”, subidón al canto. Pepi y Vicky tirando, Chiqui regulando y yo concentrada y, de vez en cuando, soltaba un “Pepi” para que bajara el ritmo, pero tiraban y tiraban y yo las seguía. De nuevo, apareció Xavi, “vamos, proteged a Mª José” momentón. El último giro y la meta al fondo, yo quería bajar el ritmo pero !!!!!!!que llegamos yaaaa!!!!! , dijo alguien y, es verdad, apenas quedaban 100 metros para la cruzar la meta., quería disminuir el ritmo y, de repente, veo a los chicos (incluido al abanderado) chillando y animando, saqué las superfuerzas, que mi cabeza no me dejaba, y entramos todas juntas en la meta “veloces”, jajaja, o eso me pareció a mí.
Hay una foto, que ha encontrado nuestra compi Vicky en Facebook, que resume la emoción del momento.
No puedo hacer otra cosa que dar las GRACIAS por poder compartir esta experiencia en equipo .